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21.10.04

La «gratuidad» de algunos periódicos en la red

La Vanguardia es uno de los diarios que permite un acceso gratuito a parte de su edición digital, si bien es necesaria una inscripción previa.

Las condiciones de esta suscripción, a las que el usuario ha de somete en su totalidad, incluyen la claúsula:

El servicio de acceso on-line a las publicaciones de La Vanguardia está condicionado, en el caso de la suscripción gratuita, a la recepción de publicidad vía e-mail, sin la cual no es posible acceder al servicio de forma ordinaria. Sólo en la modalidad de pago se da la opción al suscriptor de no recibir esta publicidad. Mediante la aceptación de estas condiciones de uso, Vd. consiente la recepción de publicidad vía e-mail y acepta la imposibilidad de revocar este consentimiento en la modalidad de suscripción gratuita.

Me parece que, considerando esta condición legal, decir que el acceso al periódico es gratuito es por lo menos ambiguo, si no engañoso. La alternativa es clara: o paga recibiendo publicidad en su correo electrónico, o paga en euros. El acuerdo sería menos sospechoso, si esta «letra pequeña» apareciese en el mismo tamaño en que aparece la oferta. Desde luego, llevaría a menos malentendidos.

Dudo bastante de que esta estrategia de cobrar, en dinero o con envío de publicidad, por poder leer en internet los contenidos de un periódico que se vende en papel, tanto si son versiones idénticas como no, sea fructífera a la larga. Y no principalmente porque ya existan periódicos que se financian exclusivamente a través de la publicidad que publican. El correo basura es algo que cada vez molesta más a la gente y la puede hacer cada vez más reticente a dar su dirección de correo electrónico, o desde luego, la hace menos permeable a ese tipo de «publicidad». Si de lo que se trata es de ganar nuevos lectores, cuantas más condiciones imponga el filtro de entrada, más difícil será que entre alguien.

Es posible que el sistema de cobrar por probar no tenga mucho éxito. La edición en internet de un periódico puede ser una buena publicidad para conseguir compradores de la versión impresa. Como en internet, la oferta informativa es mayor y más diversa, es más complicado dedicirse a pagar por leer un único medio.