Publicada la nueva Ley de Propiedad Intelectual
Por Barrapunto me entero que ya se ha publicada la nueva Ley de Propiedad Intelectual. Y por lo que parece, Teddy Bautista manifiesta su alegría en una carta enviada a los socios de la SGAE.
La reforma merecerá un análisis en otras notas, pero ahora me gustaría quedarme con la carta.
La primera perla de la carta, que no es de Bautista, sino que ya viene de la directiva de la Unión Europea y probablemente venga de la OMPI (ya aparece en los dos acuerdos que la directiva citada implementa, el WIPO Copyright Treaty y el WIPO Performances and Phonograms Treaty), es la exisitencia de derechos de autor y derechos afines (inglés copyright and related rights, francés droit d'auteur et droits voisins, italiano diritto d'autore e diritti connessi y alemán Urheberrecht und verwandte Schutzrechte). Si el control no es total, van camino de conseguirlo. Esto supone controlar la creatividad ajena, pero parece que no es algo muy importante para los que teóricamente defienden a los autores.
En cuanto a la traída y llevada remuneración compensatoria por copia privada, que parece que su ampliación al mundo digital es una de sus mayores novedades, creo que en principio es legítimo si se aplica sólo a aquellos soportes que van a ser destinados a uso privado, si bien es falaz la argumentación jurídica que da la propia ley en su artículo 25:
[Esta remuneración está] dirigida a compensar los derechos de propiedad intelectual que se dejaran de percibir por razón de la expresada reproducción.
Sencillamente la economía no funciona así, pero se pueden sacar millones de un impuesto aparentemente invisible. Y probablemente esto no sólo sea una fuente importante de ingresos de las entidades colectivas de gestión de derechos, sino fundamentalmente una fuente de poder.
Lo de expresar el agradecimiento al Gobierno por esta nueva remuneración, dice mucho de la separación de poderes ejecutivo y legislativo (la función del Parlamento es legislar y es competencia exclusiva suya). Pero es el siguiente párrafo el que expresa el espíritu de esta asociación ante el nuevo texto legal:
La aprobación final del texto ha exigido un importante esfuerzo de presión, negociación y movilización, que ha resultado clave para que esta Ley, de vital importancia para todos nosotros, continúe siendo el pilar fundamental que garantice nuestros derechos como creadores en una época en la que el orden digital ha sustituido al analógico.
No sé si estaré siendo parcial, pero la idea es no cambiaremos aunque cambie el mundo. Y la verdad, resulta por lo menos sorprendente. Si el mundo cambia, pues deberemos adaptarnos (excepto algunas asociaciones de autores y editores, por lo que parece). Me hace gracia es la invocación en el último párrafo de «la unidad de los autores», cuando en realidad la citada sociedad es de autores y editores (y me juego algo a que éstos tienen bastante más poder que aquéllos).
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