¿Promueven las patentes la competencia?
Por esta nota de Slashdot me entero que una jueza de Tokio ha ordenado el cese de la producción y venta de Ichitaro, un procesador de textos, y Hanako, un programa de manipulación de gráficos, por infracción de patente (más información aquí y más detallada aquí). La sentencia está pendiente de cumplimiento dado que Justsystem, el fabricante de los programas, ha decido apelar.
La patente cuya infracción se disputa es un sistema de ayuda en pantalla. Más en concreto, como relata este artículo, Justsystem argumenta que ha empleado técnicas habituales en la informática y no la que está patentada. El asunto es complicado, incluso aceptando una patentabilidad irrestricta en la informática, puesto que podría llegar a argumentarse que no ha infringido la patente, incluso que contiene elementos presentes en la patente, pero sin incluir la patente misma (y en ese caso nunca debe ser infracción).
Desde luego, con este ejemplo no hace falta ser ningún genio de la informática o las patentes para darse cuenta de que puede tener mucho sentido aquello de que las patentes de programación convierten la informática en un campo de minas. También es claro que las patentes pueden convertirse en un modo fácil de eliminar la competencia (al parecer Ichitaro era un competidor importante de Microsoft Word en el mercado japonés [aunque no tiene por qué haber mano negra detrás, el cumplimiento de un sistema ab]). Lo más relevante es la declaración de titular de la patente:
We are a global enterprise and we are just following international practice to enforce our IP rights.
Quizá lo que haya que empezar a regularizar es los derechos de «propiedad intelectual», para evitar prácticas inaceptables tanto para el desarrollo informático como económico. Y seguro que la UE debe considerar qué tipo de prácticas introducirá con la «armonización legal» de patentes de programación, o siguiendo el neolecto de la Comisión y el Consejo de Europa, «invenciones implementadas por ordenador».
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