<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d8621533\x26blogName\x3d%C2%BFPara+qu%C3%A9+el+mundo+real+si+ya+existe+...\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dSILVER\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://pragmata.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des_ES\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://pragmata.blogspot.com/\x26vt\x3d-2894775514895631593', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

22.7.05

Dos lecturas frente a la «piratería»

Según cuenta Cory Doctorow en esta nota, J.K. Rowling, la autora de la saga de Harry Potter rechazó lanzar una edición electrónica de la última entrega por miedo la «piratería».

A pesar de que no existe una versión electrónica del libro de recientemente editado en inglés, un grupo de afincionados a la obra han escaneado la obra, han corregido los errores y la han publicado en internet. Todo ello en veinticuatro horas.

Desde luego no se puede negar a los titulares de la obra (cuya reserva de todo derecho, si no me equivoco, Rowling ha vendido a Warner Brothers) han hecho gala de una estrategia empresarial de primer orden. Y además se afirmarán en sus miedos ante internet y la «piratería» (e incluso pretenderán controlar la primera invocando la segunda). También la misma ceguera se vería confirmada ante una versión electrónica restringida (o con «protecciones digitales»).

Toda la ceguera se cifra en no querer reconcer que la tecnología digital nos permite cosas que no serían posibles de otro modo (y las presuntas «protecciones digitales» es un modo, ya no de control, sino de poder tener menos posibilidades con cosas que son de nuestra propiedad).

Todo el «problema» de un mundo digital es que para poder aprovechar su potencial (también de negocio), hay que jugar según sus reglas y no tratar de cambiar el juego para adaptarlo a un mundo de dinosaurios que se van extinguiendo.